sábado, 10 de mayo de 2008

PRODUCCIÓN SIMBÓLICA ALREDEDOR DE LA MUESTRA DE ARTE CONTEMPORÁNEO "ESTACIONARTE 2008"

1. Más allá de hacer un análisis de los procesos de producción simbólica que se dan alrededor de la muestra de arte contemporáneo Estacionarte 2008, me interesa plantear una reflexión más profunda sobre la relación Arte-Sociedad, tema sobre el cual gira el curso de “Historia social y sociología del arte”, en donde se nos presentan las dos metodologías que se han formado para la aproximación y análisis de esta relación. Cuando hablamos del binomio arte-sociedad, necesariamente tenemos que considerar todos sus componentes: la producción, la distribución y la recepción o consumo de los bienes simbólicos (obras de arte), pero para simplificar mi análisis sobre la muestra me voy a concentrar en la distribución y en la recepción del objeto artístico, aunque no se pueda prescindir de la producción.

No de forma aleatoria me interesa comenzar por la recepción y con ello con la percepción, lo que me parece es su factor fundamental. La percepción es el proceso mediante el cual recibimos a la realidad, a nuestro mundo exterior y por lo tanto esta va a ser afectada por el lugar desde el cual se da el proceso. Con esto me refiero a que la recepción que tengamos de la exterioridad está condicionada siempre por nuestra condición histórico-social, por nuestra cultura o modelo de pensamiento , se puede decir que el bagaje cultural que tenga el receptor le va a permitir percibir de la forma en que lo hace, lo cual significa que todo ser humanos percibe de forma diferente.

No obstante, el hombre vive en comunidad y con ello se generan condiciones de posibilidad similares, coincidencias que en conjunto forman a una cultura. A su vez, las diferentes culturas imprimen a los sujetos que la conforman, cual código de programación, un modelo de orden general, una particular forma de pensamiento que permite a sus integrantes percibir de forma parecida. Es por ello, por ejemplo, que los mexicanos o en general los occidentales percibimos de forma distinta a los chinos y a los orientales, tenemos condiciones de posibilidad similares (los occidentales) y diferentes (con los orientales).

Me parece trascendente hablar sobre lo anterior porque hoy en día en el mundo del arte, en parte gracias a las ferias de arte, se han establecido condiciones de posibilidad similares en cuanto a la recepción del arte, al mismo tiempo que, de forma globalizadora, se ha estandarizado la producción artística en cuanto a temas y preocupaciones sociales. Claro que existen variantes de la misma forma que (todavía) existen diferentes culturas, cada país tendrá sus preocupaciones específicas, pero es un hecho que en el mundo contemporáneo los artistas toman referencias externas a su tradición, generando un diálogo y mestizando con lo propio.

Relacionando el carácter cada vez más global y a la vez regional de los procesos artísticos con la muestra Estacionarte 2008, José Luís Barrios en un artículo que publicó en la revista CURARE observa como “durante los últimos años, gran parte de la práctica artística contemporánea en México ha abordado la ciudad como marco y referencia de su producción (artística)” , esta observación se hace evidente cuando el tema de la muestra este año fue “Apropiaciones Urbanas”, y no fue un título elegido por los organizadores anteriormente a la convocatoria de artistas, fue justamente con base a las propuestas recibidas, en donde fenómeno urbano era tema común, que se decidió utilizar . De nuevo volvemos a la carga cultural que afecta a la sociedad y a las producciones simbólicas que en ella se generan.

Esta claro que los procesos artísticos se ven afectados por el espacio en el que ocurren, pero no debemos fijarnos únicamente en el lugar de producción, me parece todavía más importante la construcción significativa de la obra de arte en su re-contextualización locacional. El objeto artístico se recibe de forma distinta no sólo por diferentes personas o por diferentes contextos culturales, también cambia la percepción en los distintos lugares de exhibición y de circulación, es aquí donde nos encontramos con el segundo componente de la relación arte-sociedad: la distribución.

La obra de arte como bien simbólico, cultural o económico, debe de exhibirse para su distribución, pero el lugar y la forma en que se haga, influirá definitoriamente en su consumo, ya que su significado simbólico cambiará. Esto se entiende desde la re-contextualización; los objetos artísticos se producen en un contexto social específico con condiciones de posibilidad particulares, sin embargo se exhiben en espacios sociales totalmente diferentes, espacios como galerías o museos que le otorgan otro valor simbólico y económico, auratizan a la obra de arte. Se podría decir que el discurso cambia, se trasforma y nunca queda estable mientras cambie el espacio y el acomodo en el que se muestra, por lo tanto nos mantenemos ajenos al significado original que le dio el artista.

Ya lo mencionaba Jaques Derrida, la obra sobrevive al autor, se puede leer e interpretar independiente a éste y a su contexto de producción. Esto significaría que el artista tiene sólo el papel de activador de posibles interpretaciones alrededor de su propuesta estética, permite y da oportunidad de reflexionar de forma independiente a su discurso original pero a partir de este y no independientemente del contexto de exhibición. La historia del arte debería por lo tanto reflexionar ¿para quién y en que momento la obra significo esto?, en vez de ¿qué quiso decir el autor?.

Entonces, el sentido de la obra, siguiendo la tesis de Wolfgang Iser, se adquiere una vez que se le añaden todas las significaciones que los receptores reales le han atribuido, incluso los no especializados , en diferentes lugares de exhibición y diferentes contextos de recepción. La obra adquiere un carácter procesual constante en donde su significado, su sentido, se va ampliando y modificando.

A lo anterior hay que agregar que, tanto los museos como las galerías, las ferias y las muestras, que exhiben arte siguiendo criterios específicos y con objetivos igualmente específicos, siguen una narrativa significativa y proponen un modelo de lectura del objeto artístico no sólo como unidad sino como conjunto, se sigue un guión curatorial que genera “arquetipos de certidumbres culturales colectivas” , construye el significado social del arte. Esta es la trascendencia que pueden tener las instancias de circulación del arte, como parte de “los cuerpos sociales intermediarios” del binomio arte-sociedad, así como la educación y los medios de comunicación .

2. Ya planteada la dinámica de la producción, distribución y consumo de bienes simbólicos y los procesos de significación simbólica, me centraré en identificar cuáles son los factores y elementos locacionales que permiten la construcción de nuevos significados simbólicos en Estacionarte 2008. La muestra surge en 2006 como un espacio para la exhibición de arte contemporáneo emergente, sin fines lucrativos, que se presenta en paralelo a la feria de arte contemporáneo más importante de México, FEMACO, y por lo tanto creo conveniente señalar las diferencias conceptuales que hay entre una feria de arte y una muestra paralela.

Las ferias de arte son el espacio para la compra de arte por excelencia, y por lo tanto sigue la concepción de arte como bien mercantil, como objeto de consumo, que se entiende a partir del modelo de pensamiento dominante desde la modernidad: el modelo capitalista. En él, el concepto de público “admirador” se transforma de al del cliente , en principio no es un espacio para la exhibición de un bien artístico sino para la exhibición de un bien de consumo, para la venta.

Aún así, FEMACO y las ferias de arte en general no son simplemente un mercado comercial, también funcionan como institución-arte que regulan, influencian y validad la producción artística contemporánea, legitiman al mismo tiempo que buscan generar utilidades económicas de la inversión cultural realizada. Ambos aspectos de las ferias forman significados simbólicos indispensables para el entendimiento social del concepto de arte en la contemporaneidad y de la misma producción de arte.

Sin embargo en los últimos años se han ido generando “ferias satélites” y muestras paralelas a las grandes ferias del mundo, como es el caso de Art Basel de Miami, el más impresionante, que en su edición de este año (2008) tuvo 20 pequeñas -y no tan pequeñas- ferias alternas, en donde no solo las galerías mostraban y vendían obra de artistas mundiales, en muchos casos los mismos artistas se representaban sin la necesidad de un intermediario-galería, solo necesitaron del espacio . Estas ferias alternas más que competir con Art Basel, en mi opinión, la nutren, se genera un evento cultural gigantesco en donde puedes tener un mucho más amplio panorama de la producción artística mundial y por lo tanto de las concepciones simbólicas que se producen: se logra un debate enriquecedor.

La primera y más importante muestra paralela de arte contemporáneo emergente en México es Estacionarte, que aunque no tiene todavía los alcances institucionales de FEMACO, a tenido una trascendente incursión al ámbito cultural y artístico del país contrastando con el carácter comercial de la feria, puesto que su finalidad última no es la venta sino la exhibición de nuevas propuestas artísticas. Aquí no exponen galerías ya establecidas, son los propios artistas quienes exponen su obra en un espacio personal, dando cabida tanto a los artistas plásticos como a instalaciones, performances, videoarte y arte sonoro.

Ahora, si consideramos que los significados simbólicos del arte se logran gracias a acuerdos sociales y que sólo mediante este convenio se puede dar la asimilación de las concepciones de arte, la difusión que se alcance en los eventos artísticos como las ferias o las exposiciones resulta crucial y determinante. Es aquí en donde entran los medios de comunicación, otro cuerpo social intermediario necesario en la actual sociedad donde predominan las mass media . Este año Estacionarte tuvo un alcance importante en cuestión de difusión mediática ya que, además de contar con el apoyo de La Fundación Colección Jumex y de la UNAM, se escribieron diversos artículos en publicaciones importantes del país.

La amplia difusión que logró significa, por lo tanto, una mayor injerencia en los procesos significativos que se generan en la relación arte-sociedad y con ello Estacionarte adquiere el respaldo necesario para dar legitimidad y trayectoria a los artistas que participen en la muestra. Además, no porque su fin último no sea la venta, significa que los creadores no den a conocer su obra y puedan tener la oportunidad de realizar transacciones mercantiles con coleccionistas o con galeristas importantes; sin ser una feria puede funcionar como plataforma comercial alterna.

Regresando un poco al tema del medio de exhibición y de la recepción artística, me parece muy interesante hacer un análisis de la relación que se da entre la muestra y el lugar en el que se llevó a cabo, definir cuales son los elementos espaciales desde donde se construyen las interpretaciones de las propuestas artísticas y a partir de las cuales se forman las concepciones simbólicas. Este año Estacionarte se lleva a cabo en el Centro Cultural Universitario Tlatetolco, de la UNAM, edificio que antes albergaba las instalaciones de la Secretaria de Relaciones Exteriores pero que quedó en desuso después del temblor del 85.

El espacio que se le dio a la muestra fue el piso 19 y 20 (los más altos) de la torre principal del complejo, en donde se puede observar claramente el abandono y la decadencia de lo que en algún momento representó la opulencia del poder gubernamental, fachada de una “construcción ideológica que erigió edificios públicos en la ciudad de México” durante el régimen priísta de 70 años y de lo que hoy sólo queda una ruina. Esta ambientación natural de la decadencia no se quiso modificar, en general, para montar la obra de los artistas participantes ya que, de cierta forma, representó la renovación contemporánea de lo caduco, de lo que entro en desuso y se transforma en algo vigente.

Estacionarte 2008.

Estacionarte 2008.

La preocupación que existe sobre la vigencia de lo urbano y sobre la renovación de lo expirado es un síntoma común entre los artistas de las grandes urbes actualmente, y es que al cambiar las condiciones de posibilidad sociales a causa, en parte, de los medios de comunicación en masa, los medios digitales y la informatización cultural, nos encontramos con que es necesario modificar nuestro entorno que ya no embona con nuestro nuevo modelo de pensamiento . De esta preocupación común me pude dar cuenta al visitar FEMACO este año, en donde en galerías de diferentes partes del mundo encontré obra artística que se cuestiona sobre este aspecto contemporáneo.

Por ejemplo, la galería española Elba Benítez presento obra del portugués Carlos Bunga. El artista se interesa por los espacios urbanos y su arquitectura, pero principalmente por los espacios deteriorados. En su serie More Space for Another Construction (que presentó en la feria) reflexiona por lo etéreo de los espacios públicos, el mismo comenta que “quería cuestionar la permanencia de la arquitectura y a la vez mostrar nuevas posibilidades espaciales, tanto mentales como físicas” ,y es que son una serie de páginas de revistas de arquitectura arrancadas y luego intervenidas con pintura acrílica formando un espacio distinto, busca a partir de la no permanencia la posibilidad de construir un nuevo espacio.

Carlos Bunga, More Space for Another Construction.

Carlos Bunga, More Space for Another Constuction.


De forma paralela, en Estacionarte, el artista Lauro López montó una instalación que habla del mismo problema, la caducidad del espacio arquitectónico y los significados del deterioro. Para su obra seleccionó la torre de BANOBRAS, hoy también en abandono, edificio construido bajo la misma ideología política y económica de la antigua sede de la Secretaria de Relaciones Exteriores: ostentar el poder gubernamental. Realizó una serie de fotografías, tomó video, realizó maquetas con la documentación adquirida y lo monto en un espacio del CCUT, con la intención de reflejar la decadencia que muestra por si solo el edificio, con respecto al auge y ostentación de su pasado (apenas hace 30 años). Resalta los residuos del exceso que caracterizó a la arquitectura del poder y a su modelo ideológico.


Lauro López, Estacionarte 2008.


Los dos ejemplos anteriores pueden servirnos para darnos cuenta de la producción simbólica que se está generando actualmente y de cómo tanto FEMACO como Estacionarte tienen, como medios de distribución de los bienes simbólicos, un papela fundamental para la asimilación social de las nuevas concepciones artísticas en México. En la coincidencia cultural de las preocupaciones que tratan los artistas y en su circulación, que afecta a la recepción; es en donde pueden surgir acuerdos sociales y por ende estabilizar los significados simbólicos del arte.

Al haber participado en Estacionarte 2008 e involucrarme directamente con los artistas y con los receptores, pude entender mejor los procesos sociales del arte desde la producción (es claro en las instalaciones) como en la distribución y en la recepción de las obras de arte. Pude además percibir claramente la relación entre los distintos medios de circulación de la obra, la feria y la muestra no lucrativa; que más que confrontarse generan un diálogo enriquecedor que provoca la construcción de los conceptos artísticos culturales en México, no compiten, se complementan.

ALS